Los bosques heterogéneos, más resistentes al cambio climático
Los efectos del cambio climático se dejan sentir en los bosques de toda Europa. Incendios forestales e inundaciones cada vez más habituales en el norte del continente, plagas de escolítidos que arrasan miles de hectáreas de bosque en el centro y este europeos, montes enteros que se secan debido a sequías prolongadas en la zona mediterránea e incendios más virulentos y extensos en latitudes meridionales.
De igual modo, se ha constatado un cambio en la distribución de las especies, según ha señalado José Antonio Atauri Mezkquida, doctor en Ciencias Biológicas y responsable de Conservación de FUNGOBE/ Europarc España, foro profesional de áreas protegidas. “Se ha verificado que en la mayoría de las montañas ibéricas la vegetación está ascendiendo debido al aumento de la temperatura y, de forma paralela, como consecuencia del abandono de pastos de altura”, apuntó el experto en su participación en el seminario sobre gestión forestal en Urbasa y Andia organizado recientemente en el marco del proyecto NaturClima.
Los informes del Panel Internacional de Cambio Climático indican que, de no reducir emisiones, la temperatura continuará subiendo, por lo que es preciso tomar medidas. “La estrategia más importante es la de mitigación -disminuir las emisiones-, y en ella está embarcada la Unión Europea. Otra estrategia es la adaptación: dado que el clima va a cambiar, preparémonos para ello. ¿De qué manera? En el caso de los bosques, intentando que sean menos vulnerables al cambio climático, resilientes ante la falta de agua, los incendios y las altas temperaturas. Debemos convertirlos en bosques más heterogéneos y menos densos. Para ello es preciso incorporar los aspectos relativos al cambio climático en la gestión forestal y aplicar técnicas silvícolas encaminadas a incrementar la diversidad de especies, edades y tamaños del arbolado, aumentar el vigor de los bosques, restaurar hábitats singulares, favorecer los mosaicos de bosques y zonas abiertas, e introducir nuevos usos y aprovechamientos”.
En opinión del experto, los espacios naturales protegidos son escenarios preferentes para desarrollar este tipo de gestión enfocada a la adaptación al cambio climático por múltiples razones: “Son muy abundantes (cubren el 27% del territorio), tienen un apoyo legal e institucional mayor que otros territorios, prestan atención a valores culturales y sociales, realizan una gestión planificada y cuentan con personal técnico que puede actuar como catalizador de este tipo de actuaciones”.
En varios de estos espacios protegidos, Europarc España ha desarrollado estudios para incorporar el cambio climático a su gestión y planificación. Uno de ellos ha sido el Parque Natural y ZEC Sierra de Urbasa y Andia, un espacio especialmente vulnerable a este fenómeno al encontrarse en una zona de transición entre los climas atlántico y mediterráneo.